Indice. Sin anuncio, ni aviso. Dos tazas de café. Nada es real. Triste palabra empolvada. Puntos y esferas. Patinan rayos del sol. Réquiem para un poeta desconocido. Atroz es la muerte. Réquiem completo. Invoco al regreso del sol. Extremos de luz. Guillotina. Noche tranquila. Rimas internadas. Cortos versos. Ante la mandíbula. Huye, huye, huye. Fugan las alas. Sonidos de golpes. Mece una hamaca. Celosa luna. Música sinfónica. Aún así. El tiempo.

Es un hombre capaz de encontrar ocasiones para la poesía en los detalles de su vida, versos murmurados, recitados a las personas a quienes se ama. Los poemas dejan de pertenecer a quienes los escriben cuando pasan al patrimonio sentimental de quienes los recuerdan, los mejor lo más noble, aquello que es capaz de unir a las personas, a despecho de razas, ideología y religión en una fraternidad fuerte para resistir los feroces asedios narrados por Bradbury, no en vano afirmó Nabokov que de todos los personajes creados por un autor los mejores son sus lectores.

2002